domingo, 30 de enero de 2011

Que Ves cuando me ves

miércoles, 26 de enero de 2011

Sabian que?

Sabian que ? 

George Orwell es el seudónimo de Eric Blair, un exalumno de Eton nacido en la India, introvertido y no muy popular. De joven quería escribir y convertirse en escritor, pero él mismo se autoconvenció de que su vida no debía dirigirse hacia ese derrotero. Con el tiempo, sin embargo, su carácter y su vocación literaria le llevaron por el camino que años atrás había rechazado conscientemente.
Tras su experiencia como policía del Imperio Británico, empleo que dejó voluntariamente, Eric Blair se veía a sí mismo como un fracasado. De vuelta en Inglaterra trabajó de profesor y de librero, pero el literato en ciernes no podía dejar de describir las cosas que veía, sin pasarlas aún a papel, dejándolas solo en su cabeza, como cuando era pequeño y se imaginaba personajes e historias en el ambiente solitario en el que pasó su niñez.
A los treinta años, en 1934, publicó su primera novela, Burmese Days (Los días de Birmania), nacida de su experiencia en la administración del Imperio. Poco después, otra experiencia fuerte en su vida, la visita a los barrios obreros de Lancashire y Yorkshire en 1936, le hace escribir la crónica The Road to Wigan Pier (El camino a Wigan Pier), que sería publicada al año siguiente.
A partir de ese año, 1936, según confiesa él mismo en su ensayo de 1947 Why I write (Por qué escribo), toda producción literaria seria que escribió desde entonces iba dirigida contra el totalitarismo y a favor de un socialismo democrático, tal y como él lo entendía, que no forzadamente coincidía con las propuestas del laborismo británico del momento, tolerante con algunas posturas de la Unión Soviética estalinista.
Orwell ofrece en ese ensayo las cuatro razones que le llevaron a escribir, no sin cierta ironía. La primera es por puro egoísmo, por aparecer como un tipo listo y poder vengarse de todos aquellos que le ignoraron en el pasado; también por no renunciar a escribir después de los treinta, edad en la que mucha gente empieza a perder sus ilusiones de juventud. La segunda razón es el entusiasmo estético, la transmisión de la percepción de la belleza del mundo que le rodea. La tercera es una razón de tipo histórico, la de dar cuenta de la realidad circundante y dejar su testimonio para la posteridad. Por último, una razón política, en el sentido más amplio de la palabra, un deseo de empujar al mundo en la dirección que uno ve más adecuada.
Este último punto es muy importante para entender sus dos grandes relatos de crítica política: 1984 y Animal Farm (Rebelión en la granja). Orwell confiesa que desde 1936 se empeña en convertir la literatura política en un arte. Su punto de partida no es elaborar una obra de arte en sí misma, sino denunciar la existencia de una injusticia buscando y reivindicando la verdad. Pero ese mensaje no le hace renunciar a tener una auténtica experiencia estética, aun a sabiendas de que, por cumplir con este propósito, parte de sus escritos pueden ser tachados de superfluos o irrelevantes por los políticos de turno. Con respecto a Animal Farm Orwell reconoce que ese fue el primer libro en el que intenta fusionar el fin político y artístico, y otro tanto intentará hacer, nos anuncia en 1947, en otro libro que tiene planeado escribir pronto, en clara referencia a 1984, publicado dos años después, en 1949, un año antes de su muerte.
Orwell no es solo un visionario de un futuro de pesadilla o un pintor de escenarios tenebrosos sino un buscador de la verdad entre sus contemporáneos, alguien que avisa de que la falta de respeto a la verdad actual pone en peligro uno de los bienes más preciados del hombre: la libertad.
Tal vez, aventurando un poco, fuese esa inquietud por la verdad la que le hace pedir, en vísperas de su muerte, ser enterrado en el rito anglicano en el que había sido educado en su niñez.